María Pujol

Grabado Trimensional

El proceso de trabajo de la artista María Pujol para la creación de sus grabados tridimensionales es un reflejo de su minuciosidad y pasión por el arte. Todo comienza con la captura de una imagen, ya que María utiliza fotografías que ella misma realiza como base para sus obras. Estas imágenes sirven de inspiración y punto de partida para el grabado.Su obra se destaca por la creación de dioramas tridimensionales que funcionan como ventanas hacia otros lugares, tiempos y espacios., Pujol transforma el arte bidimensional en experiencias envolventes, creando ambientes de bosques, luces y sombras que transportan al espectador a escenarios únicos, invitándolo a una profunda experiencia de contemplación y exploración.
El siguiente paso es la creación de la matriz. María emplea fotopolímero, un material sensible a la luz, en el que transfiere y graba la imagen elegida. Este proceso implica una exposición precisa a una fuente de luz ultravioleta que endurece las zonas expuestas, dejando las partes no expuestas listas para ser reveladas y creando así una matriz detallada y texturizada.Cada obra se convierte en una interacción profunda, ampliando el alcance emocional y visual de sus grabados, y transformando la contemplación pasiva en un viaje activo a través de su arte.
Una vez lista la matriz, María procede a la estampación. Utiliza papel de alta calidad, generalmente de 250 gramos, que garantiza resistencia y durabilidad. La impresión del grabado requiere una presión cuidadosa para obtener todos los detalles de la matriz, creando una obra que refleja la riqueza de la imagen original.

El recorte manual es uno de los aspectos más laboriosos de su proceso. María recorta el grabado a mano con un bisturí, dedicando tiempo y atención a cada línea y contorno para resaltar los elementos más importantes de la obra. Este trabajo meticuloso le permite dotar al grabado de una estructura que, una vez ensamblada, proyecta sombras y genera la sensación de tridimensionalidad.

Finalmente, el grabado recortado se enmarca en una caja de madera que trabaja artesanalmente, cuyo interior forra con papel amate, un papel que hacen los artesanos otomíes de Puebla, méxico. Este papel, con su textura y color natural, aporta un fondo orgánico que complementa la estética del grabado. María fija la obra en la caja de manera que quede ligeramente separada del fondo, permitiendo que la luz interactúe con el grabado y proyecte sombras que enriquecen visualmente la pieza.
Cada obra de María Pujol es el resultado de un proceso que combina técnica, creatividad y dedicación, transformando un grabado en una experiencia artística tridimensional única.